Una historia cuenta que una Navidad, el obispo de Caracas pidió a los fieles que donaran sus sobras a nativos y esclavos, y también instó a todos a comer lo mismo que los esclavos, para evitar que se desperdicien grandes cantidades de comida. Aceptaron la demanda, y así comenzó la tradición de comer hallacas en Navidad. El plato es un ícono de la herencia multicultural venezolana, ya que su preparación incluye ingredientes europeos (como pasas, nueces y aceitunas), ingredientes autóctonos (harina de maíz coloreada con semillas de achiote y cebolla) e ingredientes africanos (hojas de plátano ahumado que se usan para envolver).
Entonces nuestra cena de Navidad para la misión el 24 de diciembre tenía que incluir hallacas.La cena tradicional venezolana consiste en una hallaca, pan de jamón y ensalada de pollo, y cuántas familias venezolanas no podrían pagar el paquete completo, aunque todos los componentes estaban disponibles.Pero, también encontramos la ensalada de pollo. El pan de jamón todavía es difícil de conseguir. Es importante atender las necesidades materiales de nuestros miembros y vecinos a través de la distribución de alimentos, pero eventos como estos también brindan compañerismo y apoyo emocional a las personas para quienes esta festividad está marcada por la ruptura de familias, la pérdida del trabajo y la enfermedad.
“Porque la gracia de Dios que trae salvación se ha manifestado a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a las concupiscencias mundanas, vivamos en este presente mundo, sobria, justa y piadosamente. Aguardando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí un pueblo peculiar, celoso de buenas obras.” Tito 2:11-14
About The Author
