En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra; el Espíritu, el agua, y la sangre; y estos tres concuerdan en uno. Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios que Él ha dado acerca de su Hijo. 1 juan 5:7-9
El numero tres es importante en la Biblia. El profeta Jonás quedó tres días y tres noches en el vientre del gran pez y nuestro Señor tres días en la tumba. En las visiones del reino de gloria, los ángeles y los santos siempre cantan “¡Santo, santo, santo! ¡Dios del universo!” ¿Por que tres veces santo? Porque Dios es trino. Los tres que dan testimonio en el cielo que Jesús es nuestro Salvador son el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo. El Verbo, Juan dice en su evangelio, es el Hijo, por quien y para quien todo fue hecho. Y Él era en el principio con el Padre y el Espíritu, y como ellos, Él es Dios. Pero, el Verbo fue hecho carne en Jesucristo. Los que dan testimonio en la tierra son el Espíritu Santo, que habla con nosotros en la predicación de las Escrituras que Él inspiró, también en el bautismo, que es agua vinculada con la palabra or promesa de Dios, y la sangre que es la Santa Cena, en que recibamos el cuerpo y sangre de Cristo.
Ahora, bien, en este mes de octubre, la Iglesia Luterana se prepara a celebrar el aniversario de 503 años despues del día cuando el Doctor Martín Lutero, monje, sacerdote y profesor en la Universidad de Wittenberg, Alemanía clavó su 95 Teses en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos en Wittenberg. Las teses desafiaron el concepto de la penitencia, el purgatorio y las indulgencias que fue el base del poder del Papa y ganancia para la iglesia de Roma.
Tal vez no por casualidad, tres principios surgieron de la Reforma Luterana. Sola por la fe, sola por la gracia, sola las Escrituras. Somos salvos solo por la fe en el sacrificio de Jesucristo, no por nuestras propias obras buenas; recibamos la salvación solo por la gracia de Dios, no por nuestros méritos, ni los méritos de otros; y la iglesia no tiene la autoridad de enseñar lo que las Escrituras no enseñan.
El ejemplo valoroso de Lutero y el crecimiento del movimiento que inició animó muchos imitadores, como Zwinglio o Calvino. Pero ellos no eran tan fieles a las Escrituras como Lutero y sus seguidores, y enseñaron mucha doctrina falsa que Lutero y la Iglesia Luterana rechazaron.
Las confesiones luteranas hablan de los las tres solas y nada mas. Hoy en día hay los que hablan de la “Reforma Protestante” como todas las figuras del siglo XVI estaban en acuerdo y cinco solas. De verdad, nadie hablan de cinco solas hasta el siglo XX, cuando el teólogo modernista, Emil Brunner intentó una vez para reemplazar “Sola las Escrituras” con “solo a Dios sea la gloria” y otra vez con “Solo Cristo”. Porque los teológos modernistas rechazan la idea de las Escrituras inspiradas por el Espíritu Santo, infalibles y sin error. Por tanto, aunque los dos frases parecen bien en si mismos, para luteranos son sospechosos.
“Solo a Dios sea la gloria” era la lema con que Juan Sebastian Bach firmó sus composiciones musicales. No es controvertido, porque es una expresión de Bach, un luterano verdadero, por supuesto, pero no es un principio teológico. También, “Solo Cristo” no identifica un punto de controversia entre los luteranos y Roma. La iglesia de Roma no negó que solo por causa de Jesucristo somos salvos. En el bautismo, dijo el Papa, somos libres de la condenación eterna por causa del pecado original y los pecados actuales antes del bautismo. Pero, si caímos en pecado después del bautismo, tenemos que hacer penitencia y si no hacemos restitución en esta vida, debemos permanecer en el purgatorio hasta que lo hagamos. Que quiere decir, la entrada en la vida eterna no depende solo en lo que Cristo ha hecho, pero en nuestras propias obras. Además, dijo la iglesia de Roma, la gracia de Dios es solo por el sangre de Cristo, también por los hechos meritorios de la Virgen y los santos los que hicieron en exceso de lo necesario para evitar el purgatorio. Además, la gracia es la justicia de Cristo completamente imputada a nuestra cuenta, no es algo infusado para permitirnos a hacer buenas obras.
Fe mas obras, gracia mas hechos meritorios, las Escrituras mas la autoridad humana son los errores indentificados por Lutero y sus consiervos. Para hablar de mas es para oscurecer la luz de la Reforma.
Dios amantísimo, que restauras al verdadero camino a los que están en error, congregas a los esparcidos y preservas a los congregados. Te suplicamos que misericordiosamente concedas a tu pueblo cristiano la unidad, de modo que, al desaparecer los cismas, tu rebaño esté unido a Jesucristo, el verdadero pastor de la iglesia, y te sirva dignamente. Por el mismo Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.