Los diáconos asimismo, deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo, honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. 1 Timoteo 3:8-13
Hoy en día, algunas personas quieren negar la existencia de un diaconado femenino en la iglesia primitiva. Me explico porque este texto presenta un desafío para ellos. Diácono significa siervo y a menudo se usa en su sentido más amplio en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, en la historia de la boda de Caná, Juan 2:1-11, los que llenaron las tinajas con agua y saciaron el vino se llamaron, en el texto griego, diáconos, traducido siervos. Pero, también, el diaconado, en un sentido especial, significa un ministerio de servicio a la iglesia que apoya el ministerio pastoral instituido por nuestro Señor. El diaconado fue instituido por los apóstoles en Hechos 6:1-7.
“Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes pongamos sobre este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración, y en el ministerio de la palabra.”
La palabra, diácono, en este sentido se aplica explícitamente a la mujer sólo una vez, en Romanos 16:1-2. “Y os encomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia que está en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa que necesite de vosotros, porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo también.” Sin embargo, en otros pasajes, se encuentran mujeres en oficios auxiliares, como Dorcas (Hechos 9:36-43); Lidia de Tiatira (Hechos 16:14); y Priscila, esposa de Aquila (Hechos 18:26).
Y tenemos este texto de la primera carta de Timoteo. En los versículos 8-10, se encuentran los requisitos generales del diaconado. Versículo 11 comienza con la palabra, γυναῖκας (gynaikas), que significa mujeres. Los que niegan el diaconado femenino dicen que esto significa las esposas de los diáconos varones y algunas traducciones de la Biblia traducen este pasaje como “sus esposas”. Es cierto, mujer en griego, como en español, puede referir a una esposa, depende en el contexto. Pero, gynaikas, como mujeres, en su sentido amplio, se refiere a todos los adultos femeninos.
¿Que es el contexto de 1 Timoteo 2:8-13? En los versículo 1-7, se encuentran los requisitos para ser un obispo (igual a pastor en el Nuevo Testamento). ¿Donde están los requisitos para las esposas de los pastores? En aquel tiempo, el celibato no fue obligatorio para los pastores. No hay razón para que San Pablo hable de las esposas de los diáconos, pero no de las esposas de los pastores. Es mejor para entender 1 Timoteo 2:8-13 en esta manera. Las primera instrucciones (versículos 8-10) tratan con ambos sexos; versículo 11 con las diaconisas; y 12-13 agregan requisitos particulares para los diáconos varones.