Nuestro Señor Jesucristo fue bautizado en el Río Jordán por su primo, Juan el Bautista, nacido seis meses antes del Señor. Según el calendario histórico de la iglesia, la Nochebuena, cuando nació Jesús, es el 24 de diciembre. Por lo tanto, celebramos el natividad de Juan el Bautista el 24 de junio. Las fiestas de San Juan el Bautista ocupan un lugar destacado en el folclor de Venezuela. Las danzas, procesiones y otras festividades de ese día están llenas de colorido y ritmo. Sin embargo, la gente muchas veces no conocen la verdadera historia de Juan el Bautista y su significado, y las fiestas son ocasiones para idolatría (dioses africanos bajo la disfraz de los santos de la iglesia romana) y el abuso de alcohol. Ellas tienen que llegar a conocer Juan el Bautista como la voz que nos proclama la vendía del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
En el primer capítulo del evangelio según San Lucas, se encuentran la historia de la Anunciación (Lucas 1:26-38), y la Visitación y el Cántico de María (Lucas 1:39-56). Antes de la Anunciación se encuentra la historia de la profecía del ángel a Zacarías al nacimiento de Juan el Bautista (Lucas 1:5-25) y después el cumplimiento de la profecía y el Cántico de Zacarías (Lucas 1:57-80). En nuestro adoración hoy en día, cantamos el Cántico de María como “El Magníficat” (llamado Magnificat por la primera palabra en latín) y el Cántico de Zacarías como “El Benedictus”, la palabra inicial del Cántico de Zacarías en la Biblia latina que significa “Bendito”. La profecía de Zacarías enaltece la fidelidad del Señor, quien hizo una promesa y la cumplió. Jehová también prometió a Abraham y Sara un hijo en su vejez y una descendencia como las estrellas en el cielo y la arena en las orillas del mar. También dijo a Abraham, “En ti serán benditas todas las naciones” por medio de su simiente, que es Jesucristo (Latas 3:16).
Se han notado dos cosas extrañas sobre la historia del nacimiento de Juan el Bautista: el hecho de que el niño era hijo de padres que habían pasado la edad de tener hijos, y el hecho de que se le diera un nombre que no se había usado en la familia. de Zacarías. Aquí también está la recuperación del hablar por parte del padre. El castigo de su duda cuando el ángel anunció el nacimiento de un hijo a los ancianos es removida de su lengua, por lo cual inmediatamente alaba al Señor. En verdad, todo el primer capítulo del evangelio de San Lucas es un argumento para la enseñanza bíblica que cada niño en el vientre de su madre es un don de Dios y su vida tiene valor y propósito en los ojos del Padre celestial.
1. Dios eligió un nombre para Juan el Bautista y su madre, Elisabet concebió y dio a luz en su vejez.
2. Dios eligió un nombre para Jesús antes de su nacimiento y por obra del Espíritu Santo, la Virgen María concebió y dio a luz.
3. Cuando María visitó a Elisabet, el hijo de Elisabet saltó en el vientre de su madre para saludar el Niño Jesús en el vientre de María.
También en el Antiguo Testamento, Dios dijo al profeta Jeremías: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, y te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). La formación de un nuevo individuo comienza en el momento de la fecundación que Dios ordena. Por lo tanto, Dios valora la vida humana en cualquier etapa de su desarrollo.
Padre celestial, de quien toma nombre toda la parentela el cielo y en la tierra, bendice , te suplicamos, a todos los niños y concede a sus padres tu Espíritu de sabiduría y amor, a fin de que el hogar donde se crían les pueda ser imagen de tu reino, y el cuidado de sus padres semejanza de tu amor. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.