Llevad mi yugo sobre vosotros, dice el Señor, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. Gloria sea al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
“El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: a Jesús de Nazaret, el hijo de José. Y Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le dijo: Ven y ve.” Juan 1:43-46
El nombre Natanael no está en la lista de los primeros discípulos de Jesús en los evangelios según Mateo, Marcos y Lucas, tampoco en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Sin embargo, en estos libros bíblicos los nombres de Felipe y Bartolomé siempre estan juntos. Es probable que Bartolomé, que significa hijo de Tolomeo, era el apellido de Natanael. Según la tradición de la iglesia, Bartolomé llevó el evangelio a Armenia y lo que hoy es Irak, donde murió como mártir.
“¿De Nazaret puede salir alguno bueno?” Natanael sabía la profecía de que Belén como el pueblo del cual vendría el Mesías, el Salvador prometido en el Antiguo Testamento. Felipe no le da una respuesta directa, sino que lo convida a venir y ve. La palabra ver en el evangelio según San Juan muchas veces es usado igual a creer.
“Jesús viendo que Natanael venía hacia Él, dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios: Tú eres el Rey de Israel. Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás.” (Juan 1:47-50)
En Zacarías 3:8-10 dice: “Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones admirables: He aquí, yo traigo a mi siervo, EL RENUEVO. Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí, yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros llamará a su compañero debajo de la vid, y debajo de la higuera..” El Renuevo de quien habla esta profecía es el rey mesiánico que saldrá de las raíces que quedaron en la tierra después de la caída de aquel gran árbol que fue la casa real de David.
El evangelista Juan quiere decir que en la historia del llamamiento de Natanael no solo que Jesús es omniciente, también se ha cumplido la profecía de un hombre que anuncia a su compañero la venida del Mesías. Entonces, Natanael, o Bartolomé hizo su confesión de fe. Los primeros cinco discípulos todos tenían el impulso irresistible de confesar emocionados Jesús como el rey de Israel y Hijo de Dios.
Nuestro Señor fue contento con la confesión de Natanael, pero le prometió cosas mayores para ver. Para nosotros, también, nuestra peregrinaje de fe comienza cuando el Señor nos llama por nombre en el bautismo, pero el Espíritu Santo va a guiarnos a cosas mayores antes nuestra llegada en la vida eterna.
Todopoderoso Dios, tu Hijo Jesucristo escogió a Bartolomé como apóstol, para proclamara el bienaventurado evangelio. Permite que tu iglesia ama lo que él confesó y proclame lo que él enseñó. Por Jesucristo, tu único Hijo, que reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.