20 septiembre, 2024

En el velorio de Carmen Garrido.Isaías 25:6-9

6 Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de grosuras, banquete de vinos añejos, de gruesos tuétanos, y de vinos añejos bien refinados. 7 Y destruirá en este monte la máscara con la que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que está extendido sobre todas las naciones. 8 Sorberá a la muerte en victoria; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. 9 Y se dirá en aquel día: He aquí Éste es nuestro Dios, en Él hemos esperado, y Él nos salvará; Éste es Jehová; en Él hemos esperado, estaremos alegres y nos regocijaremos en su salvación.

Juan 11:20-27

20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó sentada en casa. 21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Pero también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. 23 Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará.” 24 Le dijo Marta: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25 Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” 26 “Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” 27 Ella le dijo: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que había de venir al mundo.

Señor Dios, Padre celestial, recibe nuestra humilde gratitud por todas las misericordias otorgadas a la Sra. Carmen Benicia Garrido en su vida terrenal, especialmente por haberla llamado mediante el evangelio y haberla sostenido en la fe verdadera hasta su partida. Consuela a todos los que lloran su muerte con la esperanza de la gloriosa resurrección del cuerpo y del feliz reencuentro en el cielo. Haznos recordar que nosotros también somos mortales y prepáranos para morir en la fe y para recibir en el último día la gloria prometida a todos los que confían en tu amado Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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