El miércoles, 16 de junio, concluimos una novena para el Sr. Ramón Escorcha quien murió el lunes, 07 de junio. Comenzamos la novena la noches del velorio, el ocho de junio. Damos gracias por la vida terrena del Sr. Ramón y encomendamos su alma a Dios, pero, en verdad, a petición y en beneficio de la familia.
Una novena es una serie de oraciones que se oren durante nueve días seguidos. Los nueve días recuerdan los nueve días que los Apóstoles, María la madre de Jesús y otros discípulos pasaron juntos en oración entre la Ascensión y el día de Pentecostés. La novena a menudo está vinculada con la iglesia romana. Sin embargo, la práctica de marcar eventos especiales con un período de nueve días de preparación (por adelantado) o conmemoración (después del evento) es bastante antigua entre los cristianos. Comenzó antes del surgimiento del papado.
El Artículo XV (VIII) de la Apología de la Confesión del Augsburgo dice así: “Pues si bien los santos padres tenían cultos y tradiciones, ellos no creían que tales cosas fueran útiles o necesarias para la justificación; ni tampoco oscurecieron la gloria y el oficio de Cristo, sino que enseñaban que somos justificados por la fe por causa de Cristo, y no en virtud de aquellos cultos humanos. Por lo demás observaban aquellos cultos humanos para su utilidad en el aspecto formal, para que el pueblo supiese cuándo que reunirse; que, para que en los templos todas las cosas en las iglesias se hiciesen decentemente y con orden, para dar un buen ejemplo, y finalmente, para que también el pueblo común recibiera alguna educación. Porque el discernimiento de los tiempos y la variedad de cultos son de valor para aleccionar el pueblo. Estas eran las razones que los padres tenían para conservar los cultos, y por estas razones también nosotros pensamos que las tradiciones pueden conservarse… Por lo demás, mantenemos gustosos las tradiciones antiguas instituidas en la Iglesia por su utilidad y en bien de la tranquilidad; y las interpretamos de manera más moderada, rechazando la opinión de que justifican ”.
Por supuesto, en una novena luterana, no invoquemos la Virgen o los santos en gloria, solo oramos en el nombre de Jesucristo, el único Mediador entre Dios y los hombres. Tampoco oramos por alivio del sufrimiento del Sr. Ramón en purgatorio, porque no creemos en esta doctrina falsa. En el principio de su larga vida, Sr. Ramón fue bautizado en el nombre del Dios trino: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Por tanto, él recibió el perdón de sus pecados y la promesa de la vida eterna. Muchos años después de la lucha contra su naturaleza pecaminosa y los ataques del diablo, con su suspiro final el Sr. Ramón confesó su fe en esta promesa. Entonces, no nos preocupa el destino del Sr. Ramón, porque él está con el Señor. Agradecemos al Señor por la bendición de la vida del Sr. Ramón y su presencia en las vidas de sus parientes.
De mas importancia, pidamos el consuelo del evangelio y la presencia y guia del Señor para los sobrevivientes. La fe salvadora en Jesucristo, que el Espíritu Santo nos da por medio del bautismo, es nuestra única esperanza. No importa nuestros éxitos o logros, ni errores o pecados, somos salvos por la fe en Cristo quien no ha hecho santos por su sangre derramada de la cruz. La vida terrenal es breve para todos. Ahora es la oportunidad de confesar nuestros pecados y recibir la redención en Cristo. Amén.