20 septiembre, 2024

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso, y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual, por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:1-2

En la película clásica, un jefe de los pandilleros es conocido como “El Padrino”. La gente solicitan la presencia de este hombre violento en el bautismo de sus niños para mostrar su respeto y, en esta manera, ganan su protección contra otros pandilleros y también el derecho

Por lo menos en mi experiencia, no es tan común para los padres de niños bautizados elijan criminales como padrinos. Pero muchos eligen padrinos de riqueza e influencia para ganar favores para sus hijos. O simplemente quieren mostrar respeto a familiares y amigos. Pero estos criterios no deben ser los primeros para elegir a los padrinos. El compromiso de los padrinos en el bautismo de un bebé es así: Oran por el niño, según vaya creciendo en años, pongan en sus manos las Sagradas Escrituras, traen a la casa de Dios y proveen medios para la instrucción en la fe cristiana. Entonces, los padrinos deben compartir la misma confesión de fe como los padres y otros miembros de la iglesia.

En la iglesia luterana, creemos nuestro Señor instituyó el bautismo para todas las naciones, incluyendo las más pequeñas. Los niños son pecadores y necesitan lo que el bautismo ofrece y además, pueden creer. Condenamos a los anabautistas, que rechazan el bautismo de niños, y dicen que los niños se salvan sin el bautismo, Artículo IX, la Confesión de Augsburgo.

Si Dios crea y sostiene la fe tanto en los bebés como en los adultos, ¿cómo lleva Dios a la fe a los bebés que no pueden ni razonar ni hablar? A esto, Lutero simplemente responde que Dios usa a otros creyentes para hablar por al niño. Lutero escribió: “… Los bebés son ayudados por la fe de otros, es decir, aquellos que los traen para el bautismo. Porque la Palabra de Dios es lo suficientemente poderosa, cuando pronunciada, para cambiar incluso un corazón impío, que no es menos insensible y desamparado que cualquier infante. Así que a través de la oración de la iglesia creyente que la presenta, una oración a la que todo es posible (Marcos 9:23), el infante es cambiado, limpiado y renovado por la fe derramada … Presentar a un niño para el bautismo “, dice Lutero en resumen,” no es otra cosa que ofrecerle a Cristo, que está presente en la tierra y abre sus manos de gracia hacia el niño.”

Sin embargo, aunque la iglesia ha bautizado los bebés desde el principio, la padrinos no han sido siempre parte del rito bautismo, ni la Palabra de Dios los exige. La costumbre de tener padrinos se surgió en la Iglesia posapostólica durante la época de las persecuciones y fue usado principalmente para los adultos. Los historiadores registran que los enemigos del cristianismo intentaron ingresar a la iglesia como espías y averiguar la identidad de los cristianos para poder llevarlos ante las autoridades. Para evitar que tales espías se infiltraron en la membresía de la Iglesia, se hizo necesario que cristianos conocidos hablaron por el que iba a ser bautizado.

Además, se esperaba que el padrino se encargara de que su ahijado adulto estudiara el Catecismo, asistiera la adoración y en general creciera en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. También se esperaba que el padrino animara a su ahijado a permanecer firme en su fe y llevar una vida piadosa.

Muchos años después de que se introdujera el apadrinamiento para los bautismos de adultos, también se adaptó a la bautismo de infantes. Los padres cristianos se dieron cuenta de que, debido a las persecuciones, podían morir como mártires en cualquier momento. Querían tener la seguridad de que, en caso de que sus hijos se quedaran huérfanos, todavía estarían debidamente provistos. Esto lo deseaban especialmente con respecto a que sus hijos fueran criados en la disciplina y amonestación del Señor. Y así, cuando buscaban padrinos y madrinas, buscaban a aquellos que prometieran solemnemente asumir la responsabilidad de criar a sus hijos tanto física como espiritualmente. Y, naturalmente, eligieron a los cristianos más devotos y confiables.

Aunque los infantes no pueden contestar las preguntas, hacer la renuncia o recitar la profesión de fe en el rito de bautismo, los padres si. Los padrinos si. La congregación si. El Espíritu Santo siembra la fe en el niño y el deber de los demás es para llevar el niño a la predicación y el sacramento de la Santa Cena para el crecimiento de su fe. Los padres tienen la primera responsabilidad de enseñar el niño en la fe, pero también la congregación, la familia de Dios en que el bautizado es adoptado. Los padrinos pueden ser beneficiosos, pero en la ausencia de padrinos dos oficiales de la congregación pueden aparecer con los padres.

Todopoderoso y eterno Dios, que no deseas que se pierda ninguno de los pequeñitos que creen en ti, y que enviaste a tu Hijo a buscar y a salvar los que se había perdido, y por medio de Él dijiste: “Dejad los niños a venir a mí, y no se estorbéis, porque de los tales es el reino de los cielos”: De todo corazón te suplicamos que de tal modo bendigas y gobiernes a los niños de la iglesia por tu Espíritu Santo, que diariamente crezcan en tu gracia y en el conocimiento de tu Palabra; protégelos y defiéndelos de todo peligro y maldad, enviándoles tus santos ángeles para guardarles. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

About The Author