Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sión. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas. Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos alguno de los cánticos de Sión. ¿Cómo cantaremos canción de Jehová en tierra de extraños? Salmos 137:1-4
El número 70 está más relacionado con los 70 años del cautiverio de los judíos en Babilonia. La Septuagésima es el período litúrgico de tres semanas que precede a la Cuaresma. Durante esta temporada, también colgamos nuestras arpas, es decir, dejamos las canciones más alegres y festivas, y silenciamos las aleluyas hasta el domingo de la Resurrección.
El domingo de Septuagésima cae 9 semanas antes de Pascua, y debe su nombre a una simplificación, que puede ser explicada históricamente: el domingo de Quincuagésima (50 día antes de la Pascua) fue introducido en el calendario litúrgico primero en el siglo VI después de Cristo En el siglo VII se añadieron otros dos domingos, el primero se llama Septuagésima, y el próximo que cae casi sesenta días antes de Pascua, la Sexagésima. Antes de la Reforma del siglo XVI, los domingos de la Septuagésima fueron una transición entre el tiempo de la Epifanía y su énfasis en las manifestaciones de la gloria de Dios en Jesucristo y la oscuridad de la Cuaresma, un tiempo de arrepentimiento y reflexión en anticipación de la Resurrección. El nombre Cuaresma, por supuesto, está derivado de Cuadragésima, o 40 días antes de Pascua.
En la época de la Reforma, la Iglesia Luterana trasladó la observancia de la Transfiguración del mes de agosto al último domingo después de la Epifanía. Tenía más sentido concluir la temporada de la Epifanía con la última gran manifestación de la divinidad de nuestro Señor antes de Pascua. En los años 1960, la iglesia católicorromana cambió su calendario litúrgico radicalmente con la abolición de la Septuagésima por razones dudosas. Algunos partidos adentro de la Iglesia Luterana han adoptado este cambio, tal vez en la esperanza de mejores relaciones con Roma. Sin embargo, para luteranos, la Septuagésima es aún más importante de lo que es para las iglesias de otras confesiones.
¿Por que? Los textos seleccionados en el leccionario histórico reflejan las tres solas de la Reforma. El tema para el primer domingo de Septuagesima es salvación sola por la gracia, ilustrada en la parábola de la viña, Mateo 20:1-16. El tema para el domingo de Sexagésima es sola la Escritura con la parábola del sembrador, Lucas 8:4-15. Para Quincuagéstima, el tema es sola por fe, con la historia del ciego de Jericó, Lucas 18:31-43.
Les invito a ustedes a congregar con nosotros en esta estación según el calendario histórico luterano.
Señor, escucha clementemente las oraciones de tu pueblo, para que los que sufrimos con justicia las consecuencias de nuestros pecados, seamos liberados por tu gracia, mediante tu bondad, para la gloria de tu santo nombre. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.