El domingo 10 de noviembre dimos gracias en nuestras oraciones como congregación por el nacimiento de Martín Lutero en 1483, y por la constitución formal de la Iglesia Luterana de Venezuela en 1955. El proceso de formación de nuestra iglesia nacional comenzó años antes, con gran parte del mérito de la familia de Heinrich Zeuch. Había sido diácono luterano en Alemania, pero después de que los bombardeos aliados destruyeron su hogar durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, Zeuch trasladó a toda la familia a Venezuela. Uno de sus hijos, Gerhard Zeuch, ya vivía y trabajaba como agrónomo en una gran plantación en el estado oriental de Monagas. El mayor de los Zeuch encontró trabajo como conductor de camiones y otros trabajos agrícolas, pero también encontró tiempo para comenzar escuelas dominicales y clases bíblicas para adultos. Gerhard también contribuyó decisivamente a convencer al reverendo Theophilus Streiter, representante de la Iglesia Luterana Sínodo de Missouri, para que emprendiera una serie de misiones de reconocimiento en Venezuela a partir de 1948. El Sínodo de Missouri envió a sus primeros misioneros a Caracas a principios de los años 50. Cuando estos misioneros se enteraron de la labor que Heinrich Zeuch había estado realizando en el este de Venezuela, rápidamente lo designaron por coloquio como misionero del Sínodo de Missouri. Zeuch se convirtió en pastor de varias iglesias en la zona rural de Monagas. Más tarde, la familia Zeuch se trasladó a Brasil, donde Heinrich Zeuch continuó con su vocación pastoral. Tres de sus hijos se convirtieron en pastores y sirvieron en iglesias de Brasil, Argentina, Francia, Alemania y Canadá. Lo mismo hizo su nieto, Markus Zeuch, con quien he tenido el privilegio de mantener correspondencia por correo electrónico. Markus Zeuch es actualmente el pastor de la Iglesia Luterana San Mateo en Calgary, Alberta. Fue la historia de Heinrich Zeuch lo que me motivó a buscar la ordenación en la Iglesia Luterana de Venezuela.
Omnipotente Dios, de que de este mundo has llamado a la iglesia para que ella pudiera llevar el mundo a ti: Te suplicamos la hagas fiel en la obra que has confiado en sus manos, y muevas los corazones de tus fieles aquí en Venezuela y en todas partes, para que por medio de sus oraciones, ofrendas y esfuerzos, puedan ellos tomar la parte que corresponde en la propagación de tu evangelio por todo el mundo, y apresura el tiempo cuando todos los confines de la tierra te recordarán y se volverán a ti, y todas las naciones adorarán delante de ti. Te suplicamos que defiendas y gobiernes tu iglesia de tal modo que sea preservada en la doctrina pura de tu Palabra salvadora, para que así se fortalezca nuestra fe en tí y aumente en nosotros el amor a todo género humano. Levantas pastores fieles que prediquen y enseñen el evangelio en nuestro país y en el exterior. Guíalos, protégelos y prospéralos en todos sus trabajos. Por Jesucristo, tu único Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo, y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.