20 septiembre, 2024
IMG-20240831-WA0002
En la casa Tarrazona Pinzón.
WhatsApp Image 2024-08-29 at 9.33.58 PM
WhatsApp Image 2024-08-29 at 6.21.39 PM (1)

El 29 de agosto bendije la nueva casa de Adonay y Ludy Tarazona, miembros de la Iglesia Luterana Corpus Christi, nuestra congregación hermana en la ciudad de Barinas que no cuenta con un pastor de tiempo completo en este momento. Como lectura del Evangelio para la bendición de la nueva casa de Adonay y Ludy, leí Mateo 7:24-29:

“Cualquiera, pues, que oye estas mis palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.Y todo el que oye estas mis palabras y no las hace, será comparado al hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina.”

WhatsApp Image 2024-08-29 at 6.21.39 PM (3)
WhatsApp Image 2024-08-29 at 6.21.38 PM

La casa, es decir, el edificio, es un refugio para la familia, que es el fruto del matrimonio. Dios instituyó el matrimonio en el principio con esta bendición: “Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos y sobre todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:28) y luego, “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán una sola carne” (Genesis 2:24). Entonces, el matrimonio y su fruto, los hijos, son bendiciones para todo el serie humano. En el Catecismo Menor, aprendamos que en la cuarta petición, “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, pedimos no solo la comida y bedida, sino todas las cosas necesarias por nuestra vida diaria incluye una pareja, hijos y casa. El edificio con la familia adentro es un hogar, según la Ley, la voluntad de Dios. Sin embargo, el hogar cristiano es algo más. Hablamos del templo como la casa de Dios, en donde la familia de Dios, la iglesia, se reúne para adorar al Señor. Como dedicamos un tempo a este próposito, con la bendición de la casa, lo dedicamos como hogar cristiano, que es un templo en miniatura. La formación de la fe debe comenzar en el hogar cristiano. Entendemos esto como el compromiso de los padres y padrinos cuando bautizamos a los niños. En el Antiguo Testamento, Jehová dice así sobre su Ley: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón: Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes: Y las atarás por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos: 9 Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas” (Deuteronomio 6:6-9). San Pablo dice en 2 Timoteo 3:14-15, “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” Timoteo aprendió las Escrituras, es decir, el Antiguo Testamento que apunta a Cristo, de su madre y abuela judías (2 Timoteo 1:5). Pero, Pablo afirma que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento son la Palabra de Dios: “Toda Escritura es dada por inspiración de Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16). En ausencia de la figura paterna, la madre cristiana puede asumir la responsabilidad de enseñar las Escrituras a sus hijos, pero en el hogar cristiano la figura paterna tiene un carácter distinto.

IMG-20240831-WA0004~2
WhatsApp Image 2024-08-29 at 6.21.39 PM

“Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus propios maridos en todo. Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella; para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra, para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha. Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama” (Efesios 5:23-28). Debido a que el padre es la figura de Cristo para su esposa y sus hijos, tiene la responsabilidad de enseñarles las doctrinas básicas de la fe en palabra y obra. Luego, el apostól reafirma que “dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne. Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido” (Efesios 5:31-33).

Haz, Señor, que la luz de tu Palabra brille siempre en nuestros hogares. Hazlos santuarios de pureza y paz, de amor y gozo. Guarda a nuestros niños en el pacto que tú has hecho con ellos en el santo bautismo, y da tu gracia a todos las padres para que puedan criarlos en tu fe y en la obediencia a tu voluntad. Por tu Hijo, nuestro Señor, Jesucristo. Amén.

About The Author