20 septiembre, 2024

Naamán en el Río Jordán.En nuestro estudio bíblico para el domingo, 22 de enero de 2023, los jóvenes leyeron la historia de Naamán el sirio en el segundo libro de Reyes, capítulo cinco. “Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un gran varón delante de su señor, y le tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.”

Como hoy en día, Siria en aquel tiempo fue un país vecino, ubicado al noreste del reino del norte de Israel. Naamán fue sanado de la lepra después de escuchar la Palabra de Dios del profeta Eliseo. Esta historia es rica en significado y es paralela a la historia del bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan el Bautista. Sin embargo, para nuestros jóvenes, el tema principal fue el testimonio de una esclava. “Y de Siria habían salido cuadrillas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel una muchacha; la cual sirviendo a la esposa de Naamán, dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.” (2 Reyes 5:2-3)

El estudio de 2 Reyes 5.Aun en su cautiverio en el extranjero, aquella muchacha no olvidó su fe, y dio testimonio. Pero su testimonio dio gloria a Dios y su profeta, no a su propia experiencia. Gran parte del “testimonio” actual enfatiza la vida exitosa y la virtud del “testigo”, no la justicia y la misericordia de Dios. Vivimos en la época de la diáspora venezolana, una gran emigración de venezolanos a otras partes del mundo. A menudo se hace la comparación entre emigrantes venezolanos y refugiados sirios que huyen de la guerra civil en la Siria moderna. Nuestros jóvenes necesitan entender que aun si su camino por la vida los aleja de su tierra natal, Dios puede usarlos para llevar su Palabra hasta los confines de la tierra. El libro de los Hechos de los Apóstoles relata cómo el Evangelio se difundió por todo el Imperio Romano cuando los cristianos huyeron de Jerusalén por la persecución.

El texto también es una advertencia contra el “antitestimonio” de los predicadores del “evangelio de prosperidad” que venden las bendiciones de Dios por dinero. Eliseo rechazó la recompensa para la sanación de Naamán, mientras Giezi, su siervo, fue castigado severamente por pedir plata en el nombre de Dios. Ojos: Giezi juró por el Señor (2 Reyes 5:20) como los predicadores del evangelio de prosperidad juran y declaran bendiciones en el nombre del Señor.

Aumenta, ¡oh Dios!, la fe y el celo de todos tus hijos para que puedan desear y buscar en más fervor y diligencia la salvación de los inconvertidos por medio del mensaje de tu amor que es en Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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