El Adviento es una estación de esperanza y alegría, también arrepentimiento de los pecados y reflexión en el gran amor de Dios para nosotros. En 2021, el Adviento comenzó el 28 de noviembre, el primero de cuatro domingos antes de 24 de diciembre, la Nochebuena. Durante estas cuatro semanas, iglesia recuerda la primera venida de Jesucristo como el Niño de Belén y al mismo tiempo mira adelante a su segunda venida en gloria en el fin del mundo. El Adviento no es Navidad, sino es la preparación para Navidad. Su alegría es la alegría de anticipación, mientras la alegría de Navidad es la de cumplimiento.
Los colores litúrgicos del Adviento son colores reales, la púrpura y el azul. Los soldados de Poncio Pilato vistieron a Jesucristo con un manto de púrpura o escarlata y corona de espinas (Mateo 27:28-29; Marcos 15:17; Juan 19:2). La púrpura significa Jesucristo es el verdadero Rey de reys, pero también está vinculado con su humillación. Es el color litúrgico de Cuaresma, la estación en que la iglesia se prepara para el Domingo de la Resurrección, y muchas iglesias la usan para Adviento, la temporada de arrepentimiento y preparación para celebrar la Encarnación. El azul oscuro también es un símbolo de realeza, también el color del cielo en los momentos antes del amanecer.
La corona del Adviento no es una corona de espinas, sino ramas de hoja perenne y cuatro velas. Esta costumbre se originó entre los alemanes para las devociones en la casa con la familia alrededor de la mesa. Luego, pasó al templo para el culto público. El círculo de la corona recuerda la misericordia infinita de Dios trino que no tiene principio ni fin. Las ramas verdes significa la nueva vida en Jesucristo. Las cuatro velas representan los cuatro domingos de Adviento. Una de las velas se enciende en el primer domingo de Adviento, después una vela nueva cada domingo hasta el último domingo con todas encendidas. El color de las velas puede ser blanco, azul o púrpura, y muchas veces el color de la tercera vela es rosa, porque su domingo es el punto medio de la estación. Muchas veces también se encuentra una vela blanca adentro del círculo que es encendida en la Nochebuena para simbolizar la luz de Cristo en este mundo.
En nuestro preescolar, contamos a los niños la historia de los pastores de ovejas en el campo y cantamos “Niño Lindo”.
Niño lindo, ante tí me rindo, Niño lindo, eres tú mi Dios.
Esa tu hermosura, ese candor. El alma me roba, el alma me roba, me roba al amor.
Niño lindo, ante tí me rindo, Niño lindo, eres tú mi Dios.
Con tus ojos lindos, Jesús mirame. Y solo con eso, y solo con eso, me consolaré.
Niño lindo, ante tí me rindo, Niño lindo, eres tú mi Dios.
La vida, bien mío, el alma también, te ofrezco gustoso, te ofrezco gustoso, rendido a tus pies.
Niño lindo, ante tí me rindo, Niño lindo, eres tú mi Dios.
De mí no ausentes, pues sin tí, ¿que haré? Cuando tú te vayas, cuando tú te vayas, haz por llevarme.
Niño lindo, ante tí me rindo, Niño lindo, eres tú mi Dios.