Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga, y hallaréis descanso para vuestras almas. Gloria sea al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os dije: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Pero todo esto os harán por causa de mi nombre; porque no conocen al que me envió.” Juan 15:18-21
Nuestro Señor les advirtió sus apóstoles que van a sufrir y morir por la proclamación del evangelio.El apostalodo fue un oficio especialmente instituido para los primeros años de la iglesia, pero la iglesia hoy día continúa la obra apostólica de bautizar y hacer discíṕulos de todas las naciones. Cuando Jesús habla del mundo aquí, no se está refiriendo a la creación o la humanidad en su totalidad, sino a aquellos que no creen en Jesucristo, tristemente que es la mayoría del serie humano. Los hombres están por naturaleza en rebelión contra Dios. Los del mundo rechazan Jesús y su misión, aún su muerte en la cruz. Como Jesucristo fue malentendido, burlado y perseguido por el mundo, así también sus discípulos sufrirán persecución y martirio. La oposición del mundo no incluye solamente un rechazo de la misión y del testimonio de la iglesia, sino también hostilidad abierta en la persecución más que nunca. Y no solo los que prediquen públicamente la Palabra, también los cristianos que dan testimonio en sus vidas cotidianas. Su amor para Dios y su prójimo es una denuncio contra los que aman este mundo.
Sin embargo, en nuestro texto hay una promesa, tanto como una advertencia. No todos rechazarán a la Palabra de Dios. La predicación del evangelio siempre producirá fruto, porque el Espíritu Santo está activo en la predicación y la administración de los sacramentos, que son elementos visibles vinculados con la Palabra.
San Simón de Caná y Judas Tadeo eran dos de los 12 hombres que Jesús llamó como sus apóstoles. Simón también fue conocido como el Zelote o nacionalista (Lucas 6:15). Judas Tadeo también fue llamado Lebeo (Mateo 10:3) y “hermano de Jacobo” (Lucas 6:16), pero no de Jacoba, hijo de Zebedeo. Seǵun la tradición de la iglesia, los dos viajaron y trabajaron juntos como misioneros en Persia y ambos fueron martirizados allá.
Todopoderoso Dios, tú elegiste a los siervos Simón y Judas para formar parte de la gloriosa compaña de los apóstoles. Permite que, así como ellos fueron fieles y celosos en llevar adelante su misión, también nosotros, con ardiente devoción y fidelidad, demos a conocer el amor y la misericordia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.