Por toda la tierra ha salido la voz de ellos y hasta los fines de la tierra sus palabras. Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto y vuestro fruto permanezca. ¡Aleluya!
Y los que habían sido esparcidos por causa de la persecución que se levantó con motivo de Esteban, anduvieron hasta Fenicia, y Cipres, y Antioquía, no predicando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. Y de ellos había unos varones de Cipres y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron a los griegos, predicando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos; y gran número creyó y se convirtió al Señor. Y la noticia de estas cosas llegó a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. El cual, cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen en el Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe; y mucha gente fue añadida al Señor. Y Bernabé partió a Tarso a buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. Y sucedió que por todo un año se congregaron allí con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía. Y en aquellos días descendieron unos profetas de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que había de haber una gran hambre en toda la tierra; lo cual sucedió en tiempo de Claudio César. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar ayuda a los hermanos que habitaban en Judea: Lo cual también hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. Hechos 11:19-30
Aunque la persecución en Jerusalén dispersa los creyentes, Dios la usa para proclamar el evangelio en otros partes. El relato de Lucas ya aclaro que la Palabra de Dios, en que el Espíritu Santo fue vive y activo, no podría se retenida en Jerusalén. Antioquía en Siria era una ciudad hermosa y un importante centro comercial a través de su puerto Seleucia, famosa por su arte y literatura, pero infame por su lujo y los vicios asociados.
Bernabé fue enviado por la iglesia en Jerusalén a Antioquía, donde habían llamado personas afuera del pueblo judío a la fe en Jesucristo. La predicación de Bernabé en Antioquía tiene un efecto inmediato y maravilloso: una gran multitud se volvió al Señor. Con el establecimiento de la congregación ahora asegurado y la obra creciendo en alcance cada día, Bernabé pensó en su amigo Saulo, que estaba a poca distancia de Antioquía, en Tarso, y quien, como sabía Bernabé, estaba destinado a trabajar entre los gentiles. A través de Bernabé, Saulo fue conducido a la obra entre los gentiles de Antioquía. El lazo, establecido entre los cristianos gentiles y judíos por el envio de Bernabé a Antioquía, se fortalece más cuando los cristianos de Antioquía fueron motivados a responder a las necesidades materiales de los cristianos en Jerusalén.
Nuestro amada Iglesia Luterana de Venezuela ha sido duramente golpeada por la diaspora venezolana, la migración más grande en la historia de América Latina. Sin embargo, el Señor ha usado esta dispersión para avanzar la proclamación del evangelio puro en los otros paises de América Latina y el Caribe, y los hispanohablantes en los EEUU. Debemos orar para los comunidades de luteranos venezolanos en Perú, Chile y Bolivia que dan testimonio de Cristo a sus vecinos y también aprovechan las oportunidades a ayudar los que quedan en Venezuela. También los pastores luteranos venezolanos en el exterior: Sergio Maita en la República Dominicana; su hermano Arturo Maita en Puerto Rico; Isaac Machado en España; Adrian Ventura y Obed Coronado en Chile Jesús Ricardo Granado en Memphis, Tennessee, y Alfonso . Y también los seminaristas venezolanos en el Seminario Concordia El Reformador en la República Dominicana: Josué Ventura, Carlos Ventura y Francisco Rafael Flores. Damos gracias a Dios y pidemos la protección y bendición para ellos.
Todopoderoso Dios, tu fiel siervo Bernabé no buscó renombre sino que entregó generosamente su vida y sus bienes para apoyar a los apóstoles en su ministerio. Concede que podamos seguir su ejemplo llevando una vida entregada a la caridad y la extensión de tu evangelio. Por Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.