Por invitación del Seminario Concordia El Reformador en la República Dominicana, participamos el 10 a 19 de mayo en un intensivo en la interpretación bíblica confesional con el Doctor Roberto Bustamante, Brian Gauthier de la Universidad Concordia de Nebraska, Pastor Roberto Weber de la Iglesia Evángelica Luterana de Argentina y 60 pastores y seminaristas de todos partes de América Latina.
§ 527. Puesto que la Sagrada Escritura fue dada a los humanos para instruirlos para vida eterna (Juan 5:39; 20:31; 2Ti 3:15), y pese a esto no toda la gente puede leer la Escritura (pues en la iglesia hay algunos “hombres sin letras y del vulgo”, Hechos 4:13) y no todas las cosas contenidas en las Escrituras les son inmediatamente claras a todo lector a primera vista (tal como lo mencionamos previamente en nuestro capítulo sobre la perspicuidad de la Escritura), por lo tanto, a fin de que el propósito de la Escritura sea alcanzado, es requerida su interpretación. Hemos discutido este asunto en nuestro Método del estudio teológico, por lo tanto, aquí tocaremos solamente los puntos principales.
§ 528. La interpretación pública de la Escritura ha sido encomendada por Dios al ministerio eclesiástico (Malaquías 2:7; 1Timoteo 3:2; Tito 1:9). Aquellos que han sido establecidos en el ministerio eclesiástico tienen dos responsabilidades (relacionadas con el deber de enseñar): la interpretación de la Escritura o su explicación, y la aplicación de la misma para su uso salvífico. La interpretación de la Escritura incluye tanto una investigación de su significado verdadero y genuino, como también una clara y perspicua explicación de la misma. El fin más elevado e importante de la explicación, así como de la aplicación, es “la gloria de Dios” (1Corintios 10:31).
Johannes Gerhard, De Scriptura Sacra, 1625
Recibimos y aceptamos de todo corazón las escrituras proféticas y apostólicas del Antiguo y Nuevo Testamento como la fuente pura y clara de Israel, las cuales forman la única norma verdadera por la que han de ser juzgadas todas las doctrinas y los que las enseñan.
Fórmula de Concordia, Declaración Sólida, “Regla y Norma”