Gracia y paz en nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
La primera pregunta es, ¿Cuales son los 10 Mandamientos?
Hay 10 Mandamientos, porque Éxodo 34:28 dice así: “Y él (Moisés) estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches: no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.”
Encontramos las palabras que Dios escribió en tablas de piedra en dos pasajes, Éxodo 20:1-17 y Deuteronomio 5:6-21. Sin embargo, la lista no está enumerada en ninguna instancia. En verdad, hoy día hay tres métodos de enumeración.
Los judíos hoy cuentan estas palabras como el primero de los 10 dichos: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. El segundo es no tengas otros dioses aparte de mí; el tercer es no hagas mal uso del nombre del Señor, tu Dios; el cuarto, acuérdate del día de reposo; el quinto, honra a tu padre y tu madre, etc, hasta el décimo que es así: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”
Por supuesto, la primera para los judíos es una declaración, no un mandamiento. Por eso, los judíos hablan de 10 dichos. Por ellos, estas palabras enfatizan la ley de Moisés, o Tora, como un pacto específicamente entre Jehová y el pueblo Israel. Y en verdad, en este Tora hay mucha mas reglas para el comportamiento de los israelitas como individuos, miembros de familias y una nación. Nosotros cristianos no somos bajo el pacto que Dios hizo con Israel, porque Jesucristo cumplió aquel pacto, por su vida de obediencia perfecta al pacto, también porque es el Mesías prometido a los patriarcas, profetas y reyes de Israel. Que es importante para nosotros es para extraer la ley moral universal que es la base de la ley de Moisés. Nuestro Señor dijo que el resumen de esta ley es “”Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos pende toda la ley y los profetas.” (Mateo 22:37-40)
Ahora, bien, en los pasajes de Éxodo y Deuteronomio, se encuentran muchas clausulas dependientes. Por ejemplo, “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.”
Para algunas iglesias cristianas, esto es el segundo mandamiento. En este sistema, “No tengas otros dioses” es primero; el tercer es “no hagas mal uso del nombre del Señor”, hasta el décimo que es igual a él de los judíos. El primer para enumerar los mandamientos así fue Orígenes de Alejandría, un teólogo del tercer siglo. Hoy día este sistema es el preferido de las iglesias reformadas en la tradición de Zwinglio y Calvino, también de las iglesias ortodoxas del Europa oriental y Asia.
La Iglesia Luterana usa el mismo sistema de la iglesia católicarromana. El primero para usar este sistema fue Agustín, el obispo de Hipona y el gran teólogo del cuarto siglo. Para nosotros, el primer mandamiento de los diez es “no tengas otras dioses” y el segundo, “no hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios”, hasta el noveno, que es “no codicies la casa de tu prójimo” y el décimo es “no codicies la mujer de tu prójimo, ni su esclavo o esclava, ni su buey ni tu asno, ni nada que le pertenezca”. En este concepto, el noveno aplica a los activos inanimados, y el décimo as los seres vivientes que tienen una relación con el prójimo. En ambos casos, la codicia es la raíz del adulterio, robo, homicidio y otras obras malas exteriores.
La diferencia en la manera que los cristianos enumeran los mandamientos existen por causa de la historia de la historia de la reacción exagerada contra el abuso de las imágenes sagradas, especialmente en la iglesia romana. Esta se llama iconoclasia. Hoy día la iconoclasia en su sentido amplio significa la destrucción deliberada dentro de una cultura de sus propios íconos religiosos y otros símbolos o monumentos, generalmente por motivos religiosos o políticos. Hemos visto una nueva ola de iconoclasia en muchas partes del mundo.
El Doctor Martín Lutero enfrentó la iconoclasia cuando después de la Dieta de Worms y mientras Lutero estaba refugiado en el Castillo de Wartburg, su discípulo, Andrés Karlstadt, mandó la destrucción las pinturas y la escultura en las iglesias de Wittenberg, Alemania. En su retorno, Lutero rechazó las acciones de Karlstadt y reafirmó el uso legítimo de la arte cristiana.
En nuestra Iglesia Luterana, entendemos la advertencia contra imágenes como una clausula dependiente de “no tengas otros dioses”. En este contexto, “imágenes” significa ídolos, imágenes de dioses, de oro o plata para la adoración, no todas las pinturas o escultura. ¿Por que? En los mismo libro de Éxodo, Éxodo 25:18, el Señor mandó “harás también dos querubines de oro, labrados a martillo los harás, en los dos extremos del propiciatorio” del Arca del Pacto. Que quiere decir, el Arca del Pacto, que fue guardado en el Lugar Santísimo del templo, fue rematado por imágenes de oro, imágenes de seres celestiales. El tabernáculo y luego el Templo de Jerusalén fueron adornados con imágenes de ángeles, leones, bueyes, flores y árboles.
No es pecado colocar una estatua del Doctor José Gregorio Hernández en la plaza para honrar su memoria. Sí, es pecado colocar una imagen de él en la casa con la expectativa de protección contra la enfermedad. No es pecado colocar una imagen de Jesucristo encima del altar de la iglesia, aun con Moisés a un lado y Elías al otro. Si, es pecado colocar una estatua de María Lionza, diosa ajena, en cualquier lugar.
In nuestra iglesia damos gracias a Dios para las bellas artes y su uso legítimo. Este día de conmemoración del profeta Elías, damos gracias por su lucha contra la idolatría verdadero y su apariencia y testimonio al lado de Jesucristo, nuestro Señor, en el monte de la Transfiguración. Amén.