Y viendo las multitudes, subió al monte; y sentándose, sus discípulos vinieron a Él. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:»Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran; porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos; porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón; porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Regocijaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en el cielo; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.» Mateo 5:1-12
[podcast]http://lcmssermons.com/images/aut412/CY2019/sermon03112019.mp3[/podcast]