Y dijo Dios: Ésta es la señal del pacto que yo establezco con vosotros y con todo ser viviente que está con vosotros, por perpetuas generaciones. Mi arco pondré en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y será que cuando haré venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré de mi pacto, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no serán más las aguas por diluvio para destruir toda carne. 16 Y estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto eterno entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la tierra. Y dijo Dios a Noé: Ésta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra. Génesis 9:9-17
Hemos recibido mucha lluvia en La Caramuca esta temporada. Además, en muchos estados de Venezuela, como Amazonas, Apure y Bolívar, los ríos han desbordado sus bancos a niveles récord. Miles de personas se han quedado sin hogar. Por lo tanto, tenía razón para contar la historia de Noé a los niños del preescolar. Una vez, por la maldad del hombre, Dios envió un gran diluvio para lavar el mundo. Pero, salvó a Noé, su familia y todos los animales en un gran barco. Todo está bajo el control de Dios y tenemos la promesa, con el arco iris como sello, que las aguas nunca más cubren toda la tierra. También, entre las tormentas de la vida terrenal, la iglesia es como el arca de Noé para nosotros hasta el día del Señor. “Ocho almas fueron salvadas por agua. A la figura de lo cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como testimonio de una buena conciencia delante de Dios) por la resurrección de Jesucristo.” (1 Pedro 3: 20-21)