“Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en la ley de su Dios.” Daniel 6.5
Este es el curso que a menudo es seguido por los enemigos de los creyentes: si no pueden desacreditar a los creyentes en cualquier cuestión relacionada con sus tareas, tratan de demostrar que la observancia de su culto religioso es peligroso para el Estado.
Todos los presidentes del reino, magistrados, gobernadores, grandes, y capitanes, han acordado por consejo promulgar un real edicto, y confirmarlo, que cualquiera que demandare petición de cualquier dios tú hombre en el espacio de treinta días, sino de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. Ahora, oh rey, confirma el edicto, y firma la escritura, para que no se pueda mudar, conforme a la ley de Media y de Persa, la cual no se revoca. Firmó pues el rey Darío la escritura y el edicto. Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entróse en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, hincábase de rodillas tres veces al día, y oraba, y confesaba delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entróse en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, hincábase de rodillas tres veces al día, y oraba, y confesaba delante de su Dios, como lo solía hacer antes.” Daniel 6.7-10
El real decreto no cambió la costumbre de Daniel de culto diario un ápice. Él ignoró una ley que exigió de él una negación del verdadero Dios.
“Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y echáronle en el foso de los leones. Y hablando el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. Daniel 6.16”
Sus enemigos acusaron a Daniel ante el rey. Se puso muy triste y buscó la manera de salvar a Daniel, per fue imposible según las leyes de Persa.
“Entonces habló Daniel con el rey: oh rey, para siempre vive. El Dios mío envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen mal: porque delante de él se halló en mí justicia: y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho lo que no debiese. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso: y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque creyó en su Dios.” Daniel 6.21-23
Dios protege a los que le sirven y adoran con fidelidad.
“Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones, y lenguas, que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada: De parte mía es puesta ordenanza, que en todo el señorío de mi reino todos teman y tiemblen de la presencia del Dios de Daniel: porque él es el Dios viviente y permanente por todos los siglos, y su reino tal que no será deshecho, y su señorío hasta el fin. Que salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; el cual libró a Daniel del poder de los leones.” Daniel 6.25-27
Daniel siguió firme adorando y sirviendo a Dios. Jesucristo nos ayuda a ser fieles y adorándole, hasta que Él que venga o hasta nuestra muerte, para que tengamos la promesa de la vida eterna con Él.