Nuestra misión surgió en la necesidad de establecer la base legal y consolidar el aspecto evangelístico en el programa educativo-social que se desarrolla en la población de La Caramuca, Barinas, Edo. Barinas, Venezuela. El programa comenzó cuando Luz Maria Henriquez de Ernst, una diaconisa de la Iglesia Luterana de Venezuela (ILV), abrió su casa para un preescolar con apoyo del gobierno del estado Barinas 15 de septiembre de 2003. Con el propósito de alcanzar al mayor numero de inconversos proponemos la suma de esfuerzos en el establecimiento y consolidación de una unidad operativa que preste servicio en la transformación y restauración espiritual, socio-cultural y economica de la población atendida. La Caramuca es un pueblito en el municipio de Barinas, el capital del estado Barinas. El nombre La Caramuca derivó de una tribu indigena.
En 2000, Luz Maria comenzó tareas dirigidas para estudiantes hasta el séptimo grado en las tardes y desde 2004 trabajamos juntos en una escuela dominical cada semana. El preescolar y las tareas dirigidas, tanto como la escuela dominical, incorporaron historias bíblicas y valores cristianos en la educación. Después de lecciones en el significado del bautismo y la Santa Cena, miembros de algunas familias expresaron su deseo para recibir estos sacramentos. El primer niño fue bautizado en La Caramuca en 2005 por el pastor de la Iglesia Luterana “Corpus Christi” en la ciudad de Barinas.
Cuando llegue a Venezuela David Ernst como misionero laico voluntario en 2003, él comenzó cursos teológicos por extensión del Instituto Teológico “Juan de Frias”. En diciembre de 2008 fue ordenado como pastor de la Misión Luterana “La Epifanía” de La Caramuca. Hasta hoy en día más de 20 personas han sido bautizados y más de 20 han recibido la primera comunión en nuestra misión. Estamos trabajando con los jóvenes los domingos en la tarde para profundizar su conocimiento de la doctrina y en clase de catecismo.
Desde el principio, nuestras obras de misericordia incluyó la siembra de frutas y verduras en 1.730,42 metros cuadrados de terreno. Esto ha tenido dos propósitos. Primero, para compartir nuestras cosechas con los necesitados de la comunidad alrededor. Segundo, para enseñar el proceso de siembra y cultivo de huertos familiares. Cada alumno del preescolar ha tenido la oportunidad de sembrar y cosechar en el huerto preescolar.